¡Hola amigos!
Antes que nada, deseo que hayais pasado unas felices navidades, a pesar de que en muchas familias, algunos ya no están para acompañarnos y son dias tristes. Ahora llega la recta final , nochevieja. Deseando estamos decir adios a un año, el 2020 , que entre otras cosas, nos ha hecho convivir con el covid y a pesar, de la incertidumbre, el miedo, la angustia, etc.....hemos sobrellevado como hemos podido y que pasará a la historia.
Se abre un hilo a la esperanza con la vacunación, pero aún así, hay para rato, y debemos seguir teniendo mucho cuidado.
A mi personalmente, me han ayudado mucho a sobrellevar la situación, las miniaturas. Durante el confinamiento hice varias cosas, y en la segunda ola de contagios, me centré básicamente en lo que vengo a mostraros hoy: un puesto callejero navideño, adaptado a la realidad que nos ocupa.
Está inspirado en casetas típicas de las ferias de las grandes ciudades y repleto de artículos de Navidad: guirnaldas, coronas, bolas, árboles, musgo, muñecos de nieve, bastones de caramelo, tambores, papa noeles, ángeles, mini arboles bailones, gnomos, botas de santa para la chimenea, panderetas, ramas de la suerte, centros de mesa de velas, papel de regalo, lazos, cojines, ponsettias y cagatiós (estos son típicos donde vivo, siempre los he visto, en Barcelona. Son troncos a los que los niños pegan con un palo y mientras le cantan una canción, este va soltando regalos) y como no, el suelo, alrededor del puesto, lleva la baldosa típica de la ciudad, el panot de flor o rosa de Barcelona.
El puesto lo realicé con cartón pluma y una vez todo bien encajado y pegado, fuí forrándolo de palitos de madera. Mucha lija y varias capas de barniz. El tejado es cartón corrugado y , como veis, también lleva luz. Los letreros son recortes de revistas, ya que donde estoy ahora viviendo no tengo impresora, asi que ya me veis en los supermercados, a la caza de los folletos.
Todo está hecho con materiales reciclables, cartón, papel, alambre, plástico, etc.....tan sólo el papa Noel, es de una figurita que venia en una bola de cristal. Mi amiga Milagros Peña, me dio la idea y fui en busca de la bola, recorrí varias tiendas , ya sabeis, bazares donde hay tantas cosas, que lo que buscas no está, pero hay un dicho : "el que la sigue, la consigue" , y ya en casa, la rompí con cuidado y la figura me vino genial, es una monada y de un tamaño ideal.
Llegamos al dependiente. Tal y como me llegó , no me gustaba nada, es de TIENDA DE CASITAS, así que le puse gafas, gorro, delantal y mascarilla, además de nombre, se llama Roberto. Y le acompaña su fiel perrita, una bulldog francesa, que no se separa de él, se llama Brillantina (el nombre me lo sugirió Fátima Amor, me gustó y la bauticé, además en el día mundial de los animales, el 4 de octubre)
Fijaros que el puesto dispone de dosificador de gel hidroalcoholico, además del letrero que advierte en guardar la distancia de seguridad.
Y dicho esto, quiero agradecer a Asunción Marañón Alcalde, el que propusiera hacer algo así en un grupo de facebook al que pertenezco "como hacer una casa de muñecas, y no morir en el intento" ella es la administradora de dicho grupo y siempre lo mantiene activo con propuestas similares, sin obligación, desde luego , de participar, es totalmente voluntario.
Empiezo por mostraros el montaje del puesto, ya veis que Roberto, lo primero que hace es trasladar las cajas, con todo lo necesario.